martes, 8 de abril de 2008

Maldita deconstrucción

Fue bastante inesperado ver un artículo sobre deconstrucción en el New York Times. Se ve que también a los yanquis les pegó fuerte la teoría francesa. La cuestión es que este tipo tira la posta: no se pueden fundar principios normativos a partir de una teoría que, justamente, muestra el carácter en última instancia arbitrario de cualquier principio normativo.

La deconstrucción surgió como una especie de post-filosofía tendiente a demostrar la incompletitud de todo sistema filosófico. Después eso fue llevado a otros ámbitos, como la teoría literaria, la ética y (cuándo no) las ciencias sociales. Aquí la cuestión fue "deconstruir" ciertas estructuras sociales: las clases, el género, las nacionalidades, etc. El problema es que estas "deconstrucciones", aunque nos ayuden a entender los fundamentos de las sociedades modernas, no nos ofrecen principios (más allá de nuestras propias preferencias) para fundar nada nuevo. Decir que la diferencia sexual es el producto de estructuras sociales históricamente constituidas puede ser útil para pegarle al machismo, pero no nos da ningún indicio de qué nuevas estructuras podríamos construir, si quisieramos derribar las anteriores.

El problema es que muchos se rompen la cabeza (o tal vez el problema es que no lo hacen) buscando la forma de obtener principios normativos a partir de la deconstrucción. Yo hasta ahora no veo cómo eso sería posible. Como escribió Derrida, ahora que nos dimos cuenta de que no hay fundamento por fuera del discurso, solo nos queda hablar y hablar.

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