martes, 10 de julio de 2007

Por qué la nieve (no) es importante para la política

El lunes 9 de julio nevó en Buenos Aires, como no había ocurrido desde, parece, 1918 (aunque sí hubo un par de navaditas medio truchas en 1928 y 1967). Como hace tiempo tengo la tendencia a indagar en las consecuencias políticas de todo lo que ocurre (y soy de los que creen que casi todo, lamentablemente, tienen implicancias políticas), he desarrollado una cierta facinación por todo aquello que pueda ser considerado a-político. Creo que lo de la nieve lo fue.
Un hecho a-político es, según la opinión de este blog, todo acontecimiento que no registra motivaciones ni consecuencias políticas. Algo común en lo cotidiano pero muy infrecuente en lo colectivo. Todo suceso significativo que involucre a toda la comunidad suele tener alguna implicancia política. Los percances naturales (granizo, inundaciones, sequías) siempre centran la atención en las respuestas gubernamentales. Hechos deportivos, como un mundial de fútbol, suelen implicar un plazo razonable de tiempo en el cual rige una suerte de estado de excepción de hecho en el marco del cual las autoridades son libres de cualquier control ciudadano, siempre y cuando no se perjudique al seleccionado local. Piensen en cualquier fenómeno social en el que intervenga toda la comunidad (toda eh, en todos lados y de todas las capas sociales, no un partido de Nalbandián por ESPN), y verán que siempre hay un costado político que lo convierte en pasible de disputas ideológicas.
Si encuentro la nevada particularmente encantadora, es porque hay allí un puro disfrute colectivo. Es lo suficientemente corta como para que nadie se aproveche de que nos ocupemos de ella, y lo suficientemente natural como para que nadie pueda arrogarse su autoría. Todos pueden disfrutarla en todos lados, porque la nieve cae igual en Recoleta que en la Villa 31. Algunos tienen más frío que otros, claro, pero eso no tiene mucho que ver con la nieve.
En definitiva, un hecho del que podemos alegrarnos sin ser acechados por los omnipresentes conflictos políticos.

No hay comentarios: