jueves, 19 de julio de 2007

El pingüino no dice ni mu

El pingüino ha mantenido una estrategia bastante regular desde que asumió la presidencia: cuando las cosas se le complican, cierra la boca y a otra cosa. Puesto que el presi no da conferencias de prensa, se evita la obligación de responder preguntas que no le plazcan. Así que puede darse el gusto de hablar de los temas que él elija, y callar sobre lo que desee.
La gran "callada" de esta semana fue sobre la renuncia de la Feli Miceli. La ministra de economía se fue con una bolsa de billetes bajo el brazo y Kirchner ni habló. No habló tampoco cuando fue la tragedia de Cromañón (se lo dejó todo a Ibarra, a pesar de que había dependencias del gobierno nacional a cargo de algunos controles). No fue tampoco a Tierra del Fuego cuando quemaban las papas en Santa Cruz (de hecho, a penas se refirió a ese asunto). Los índices del INDEC son una cargajada mensual y el tipo ni mu.
La estrategia parece ser políticamente redituable. Los temas surgen, tienen un fugaces, aunque intensos, recorridos mediáticos, y luego mueren sin pena ni gloria. Dejan, sin embargo, un rastro; la popularidad de Kirchner es alta, pero fue decreciendo progresivamente desde sus inicios. Lo interesante es que la estrategia del silencio funcione bien sea posible. Como me dijo Lu una vez, Kirchner es el único que marca la agenda (para los ignaros: los temas que se discuten públicamente). En ausencia de una oposición vigorosa, las críticas se dispersan y se diluyen. Y como acá la accountability (para los ignaros: rendición de cuentas) no pegó, a nadie le importa que el presi no de explicaciones.

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