sábado, 23 de junio de 2007

Recapitulación pre-electoral

No hace falta esperar hasta mañana; mi pronóstico no se va a cumplir, puesto que la diferencia entre Macri y Filmus no será leve sino gruesa. El vuelco de votos desde los demás partidos hacia el "anti-macrismo" no tiene la fuerza que los antecedentes históricos permitían imaginar.
Lo que pasa es curioso. La economía crece, los indices sociales mejoran, el gobierno nacional en cierta medida popular y los años 90 siguen demonizados. Sin embargo, el candidato del gobierno pierde por muerte, con un 24% de votos en la primera vuelta y, según se estima, menos de 40% en la segunda. Vuelvo con algo que ya mencioné en un post anterior: hay una homogeneidad ficticia, que visiblemente se está resquebrajando. La ruidosa diatriba del gobierno nacional hace parecer que en 2007 la gente es tan protestona como en 2003, pero en Buenos Aires es claro que el discurso confrontativo ya no pega tanto.
José y Ernesto, intelectuales valiosos si los hay (el primero devenido funcionario del gobierno nacional), insisten en hablar de la vigencia del neoliberalismo como amenaza viviente. Yo creo que sus análisis al respecto son sumamente simplificadores (no es raro que los investigadores más brillantes sean a la vez quienes tienen más dificultades para analizar la coyuntura concreta). En cualquier caso, exista amenaza neoliberal o no, es claro que el fantasma de los 90 ya no asusta tanto, y por lo tanto para enfrentar a la derecha habrá que pensar estrategias discursivas más creativas e innovadoras que las bravuconadas de siempre.
A mi juicio, es claro que, a nivel de propuestas, Filmus es mucho mejor candidato que Macri (a pesar de su supuesto perfil PROpositivo). Filmus habló más de las complejidades de la ciudad y de las dificultades para resolverlas, mientras Macri repite que va a aumentar el presupuesta de aquí para allá. También creo que muy poca gente le interesa escuchar las propuestas, y por lo tanto lo que quedan son más las peleas entre Filmus y el pelado, las intervenciones bravuconas de Kirchner y, sobre todo, una mayoría silenciosa que por lo bajo pide orden, tranquilidad y, cuándo no, que se dejen de cortar la calle.

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