viernes, 8 de junio de 2007

Ese diabólico magnate

Seguro que a todos los que visitan este simpático blog les habrá llegado algún mail, digamos, poco elogioso hacia M&M. Las fórmulas generales son: hacer memoria sobre el pasado político empresarial del personaje, sugerir vinculaciones ideológicas con la dictadura, e imaginar un futuro sombrío si llega a pasar lo que, a simple vista, parece lo más probable. Lo llamativo es que a favor de quien sacó el 45% de los votos no circula nada.

El otro día le pregunté a alguien a quién había votado. Balbuseó una risita incómoda y dijo "a Macri". Pregunté: "¿Por qué te reís? ¿Te da vergüenza?". Respuesta: "un poco". Algo parecido a lo que sucedía con Menem: el candidato más votado es a la vez el que da vergüenza votar. Ello explica en gran medida la sorpresa ante la avalancha electoral de Mauricio. Casi la mitad de la gente lo votó, pero mientras que dicha mitad justifica su voto en voz baja, la otra lo vocifera con fuerza. Noelle-Neuman hablaba de la espiral del silencio: la opinión de la mayoría tiende a acallar y a influenciar a la de la minoría. El General Perón dijo en una entrevista que en la Argentina, la minoría había oprimido a la mayoría (no es algo tan original ¿no?).

Muchos piensan que Macri es un personaje hábil y diabólico que engaña burdamente a la gente para que lo voten. Es probable, pero no creo que eso vaya al centro de la cuestión. La astucia de Macri (bah, la de su equipo de campaña) pasa por haber sabido reconocer un discurso desatendido, que detrás de la moda gubernamental anti-neoliberal, anti-privatizaciones, pro-derechos humanos, etc., le habla a la gente sobre las cosas concretas de la vida cotidiana, en términos serenos y seductores. Por eso creo que la impetuosa campaña del progresismo contra el Mauricio tendrá resultados precarios. La crisis del 2001 fue hace 6 año, Menem es cosa del pasado y el FMI ya no es parte de nuestra vida cotidiana (como me sugirió Marcos: ¿no fue un error estratégico del gobierno cancelar la deuda con el Fondo, convirtiendo su ingerencia diaria en un tema del pasado?). Por lo bajo, lo que se pide es más tranquilidad y soluciones más concretas. La ofensiva anti-Macri solo conseguirá la adhesión de los ya escandalizados, mientras que la "mayoría silenciosa", harta de tanto barullo, votará al simpático Mauricio. Lo suficiente para lograr una ajustada ventaja, como de 6%.

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