martes, 25 de marzo de 2008

Despelote en la ciudad ahora

Hace unos meses hablaba del discurso subterráneo que se asomaba a través de derrotas kirchneristas a nivel local: Macri en Capital, Ríos en Tierra del Fuergo, Binner en Santa Fe. No había una oposición orgánica capaz de poner en peligro al gobierno a nivel nacional, pero el 55% de los votantes no eligieron a Cristina en octubre. En Capital apenas superó el 20%, y en los centros urbanos, salvo los del Gran Buenos Aires, no le fue tan bien. Había mucha gente a la que el gobierno no le gustaba, diría uno.

¡Pero aquí están! Sí señores, la clase media (una parte, tampoco toda) salió a protestar. Hace unos años era "piquete y cacerola, la lucha es una sola"; hoy es "estoy con el campo". No se la veían venir ni ahí ¿o sí?

Ernesto la pegó muy bien en su último libro (y eso que yo como tantos le pegué con un caño, pero parece que el viejo la tiene más clara de lo que pensábamos). Cuando hay muchos sectores disconformes, es cuestión de que aparezca un elemento aglutinante que exprese la insatisfacción de sus reclamos frente al discurso dominante. Se conforma entonces un bloque opositor y el campo político se polariza (simplificando un poco, se entiende). Puesto que la contraposición con el gobierno pasa a ser el factor dominante, no importa cuál sea el elemento aglutinante, siempre y cuando sea capaz de encarnar dicha contraposición. En este caso, fueron los productores agrícolas, por la frontalidad y beligenrancia que alcanzó su protesta, y por la respuesta igualmente frontal que dio Cristina. Podrían haber sido muchas otras cosas.

Habrá que esperar un análisis más minucioso, pero si las protestas se iniciaron en Recoleta, Belgrano y Caballito (Acoyte y Rivadavia, que es una zona de buen poder adquisitivo), es claro que el nivel socioeconómico de la protesta es de clase media alta. Justamente los sectores que más cuestionaban los cortes de calles de los piqueteros. Hoy cortan la calle ellos mismos y apoyan los cortes de los productores agropecuarios. Ocurre que ya está demasiado instalada la idea de que se protesta como uno quiere cuando quiere: cortes de calles hay todo el tiempo y fue el propio gobierno el que fogoneó en su momento el bloqueo de los pasos internacionales con Uruguay. Si todo el mundo corta la calle, ¿por qué no lo voy a hacer yo? Además el gobierno concentró tanto poder (decretos, congreso subordinado, cooptación de gobernadores), y la oposición es tan precaria (a la figura de Carrió no la sustenta ninguna estructura participativa a nivel nacional), que pareciese que ahora la política se hace así: en la calle.

Los Kirchner esto no se lo veían venir. Pero instalar dicotomías fuertes siendo la primera minoría es riesgoso. Y más cuando vez que la gente de guita en general no apoya (salvo algunos beneficiados del modelo y otros amigos personales). Además eso de hablar siempre a la tribuna y no dar nunca entrevistas o conferencias de prensa te puede salir por la culata, porque queda medio cagón. Tampoco es lo más seguro dar tanto lugar a personajes tan impopulares como Moreno. A veces queda bien hacer un guiño a la opinión pública y rajar al tipo malo de la película, para descomprimir un poco.

Tal vez aportaron demasiado al recuerdo de los 90 y el disgusto con el neoliberalismo. Me parece que hoy saltó algo que estaba medio escondido: la antipolítica. En realidad no estaba escondido, sino que el gobierno buscó redireccionarla hacia los viejos partidos (PJ y UCR), pero en definitiva terminó retornando a uno de ellos y cooptando al otro. Y hoy se volvió a gritar "que se vayan todos...". Las protestas del 2001 no fueron solo contra el neoliberalismo, sino que la consigna central era el repudio a los manejos políticos tradicionales. En eso el gobierno no marcó ninguna diferencia.

Parece que los argentinos somos expertos en dicotomizaciones políticas. Esperemos no terminar como Venezuela (creo que es casi imposible).

PD: Un detalle importante. Las retenciones son una medida de control de inflación, la cual a la clase media le rompe bastante las... Es decir, eso de "estoy con el campo" es complicado, porque hay algunos intereses cruzados. Hay varias explicaciones posibles: desinformación (debido a las preferencias de ciertos medios de comunicación), desinterés (si es que la bronca contra el gobierno es tan grande que nadie se molesta en pensar realmente qué está reclamando), despreocupación (si quienes protestan piensan que un aumento en el costo de la leche y de la carne a ellos no les afecta, y los pobres se joden). Seguramente hay un poco de todo.

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