miércoles, 31 de octubre de 2007

Victoria pírrica

45% es una ventaja amplia. No hubo ballotage. Más de 20 puntos de diferencia sobre Lilita. Sin embargo, poco festejo y unos muy apresurados regaños de Albert F. para los porteños.
Cristina no debe tener las más mínimas ganas de desagregar su 45%. Abanderada de un gobierno progre, arreglada a más no poder, viajera incansable, abanderada de los derechos humanos y portadora de grandes ideales de cambio, Cristi ganó con los votos del buen y viejo aparato de la Provincia de Buenos Aires. En los medios se escuchaba repetidamente sobre el "arrastre de votos para Cristina por parte de Scioli". En las zonas de clase media perdió claramente. Cuando mire por el balcón de la Casa Rosada o viaje en auto por sus alrededores, sabrá que poco más de dos de cada 10 de las personas que allí merodean la han votado.
Claro que el peronismo es el partido de los pobres, de las masas trabajadoras. Pero el discurso K buscó algo más que ganar con los mismos votos que Duhalde y Menem. Seguramente habrá de usar otras palabras de aquí en adelante.